El juez negó que las víctimas fueran pacientes terminales. Informó que los sospechosos reconocieron 16 homicidios, aunque se habla de entre 60 y 200 muertos
Según el abogado de uno de los denunciados, su cliente, que trabaja en un sanatorio privado, adujo haber actuado "por piedad". "Después de 20 años de trabajar en cuidados intensivos, con estrés y en contacto con la muerte, no pudo soportarlo más".
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